domingo, 20 de noviembre de 2011

A mis amigos (II)...

Segunda entrega de "A mis amigos...". Para quien no lo conozca, he aquí una breve explicación, extraída de la primera entrada de esta serie, dedicada a Javi:

Durante unos instantes, sin venir a cuento, me he planteado lo que significa un amigo. Un amigo es aquella persona que te deja una marca en algún lugar indeterminado. Y me he planteado el hecho de lo triste que me parecía que a los amigos se les reconocieran sus virtudes delante de sus familias, habiéndole dado el pésame, y no durante vida y disfrute de las partes constituyentes de la amistad.
Por ello, me he decidido a cambiarlo, con aquello que yo pueda hacer, y por esto, queda inaugurada la sección  de "A mis amigos...", donde espero mencionar, recordar antes de tiempo y expresar mi gratitud a todas aquellas personas que en los últimos meses se han ido haciendo un hueco, algunos de manera involuntaria, en ese estante en el que guardo a mis más preciados amigos.
Tal vez, si tú sales mencionado, pienses que lo que tenemos no es amistad, o que no es únicamente eso, tal vez te preguntes si lo que acaso compartimos no es una cierta enemistad, tal vez no quieras aparecer (en cuyo caso, te ruego que me lo comuniques), tal vez pienses que nos conocemos muy poco, o que no te he sabido valorar. Espero que en cualquier caso sepas actuar en consecuencia.
Tal vez se me olvide mencionarte. Ojalá no te enfades.
Esto no suena bien, aun así, quiero ponerlo: Si murieras, lo expuesto en tu respectiva publicación estaría muy cerca de lo que en el momento de escribirlo pienso de ti. Hasta entonces, disfrutemos lo que podamos.





A mi amiga, Angie...

Supongo que esta entrada es algo prematura, dado que apenas si te he visto en un par de ocasiones. Aun con ello, has calado hondo, has conseguido que confíe en ti, y que cuando miro a cualquiera con el pelo a juego con Fanta me acuerde de ti.

Venga, va, pongámonos en tesitura... la has palmado (perdón, has fallecido), estamos en tu entierro, me toca decir unas palabras...
Angie, Pocoyó, cómo le gustaba que la llamaran, era una chica excelente... apenas la conocía, y sin embargo tengo la certeza de que hubiéramos sido grandes amigos, y me debía una foto... (hay ciertas cosas que en un entierro no se pueden decir). Su viveza a la hora de reirse, sus fotos espontáneas y esos ojos vivos que acompañaban una sonrisa tan cálida y radiante cómo el nacimiento de una estrella nos acompañarán en el recuerdo para siempre (me seco una lagrimita, suspiro, y me voy)

Allá donde quiera que esté, estará maldiciendome por tomarme su entierro a cachondeo (bueno, no, Angie no es así, probablemente se esté riendo), y le ruego que me perdone por tal ofensa a su persona. Creo conveniente explicar que esto se debe a que los recuerdos que tengo con ella son en su mayoría alegres, distendidos, y cercanos a un ambiente grato de convivencia ideal (ella me cuenta cosas, y yo dibujo en un posit)

Y ahora intentando ser mas serios, o más emotivos...

Angie, ciertamente eres una chica excelente, y el que te encuentres entre las personas que aparecen aquí debe de decir mucho acerca de lo tan cercanamente que te has arrimado a mi única fibra sensible.
No se si haberte conocido es algo bueno o productivo para mi... lo que sí te puedo decir es que ha sido muy positivo, ya sea por el lado emocional, el cual ha sido el mayormente afectado, cómo por el material... bueno, no, ese no se ha visto demasiado afectado...

En tu caso no se que es lo que ha propiciado la amistad... ciertamente, es un enigma... muchas ganas debías de tener para hacer amigos, porque no es común que me relacione con personas con las que no comparto aficiones... y esto también es digno de mención, la capacidad de entablar amistad que tienes, que me deja sorprendido, aun no siendo el primer caso con el que me encuentro.

Te aseguro que tus comentarios kilométricos, tus mensajes y comentarios varios de Facebook me han hecho sentir muy bien a distintos niveles en varias ocasiones, y sinceramente espero que sigan así, que sigan apareciendo y haciéndome preguntar - ¿que querrá decir esto? ¿cómo lo interpreto?-.

Me alegro de no haber llegado a echarme una foto contigo, porque esto me posibilita una excusa para volver a coincidir contigo. Me reitero en que tu sonrisa derretirá montañas.

Y bueno, cómo en un cara a cara... no se que más decirte... (me releo tu último comentario)... sí, alguna vez pienso en ti, claro está (en otro caso esto no tendría sentido), y un placer saber que te parece una idea muy bonita, espero que alguien tome ejemplo, y esto no sea un caso puntual... muchas personas agradecerían que sus amigos le dijeran lo que piensan mientras aun pueden oírlo. Comienzo a ver esto como un testamento para amigos de emergencia - "si algo me pasase, que un notario lea esto en presencia de mis amigos, para que así ellos sepan lo mucho que les apreciaba"... bueno... supongo que eso es todo...

Es un alivio saber que existe gente cómo tú, y pura dicha ser tu amigo... perdona la manera de expresión de esta entrada, está concorde a mi humor a la hora de escribirlo... espero que poner una canción cómo esta ayude a que sea de tu más completo agrado.

A la espera de una reacción, neonenHD

sábado, 19 de noviembre de 2011

A mis amigos (I)...

Bueno, lectores de cualquier rincón, hoy me dirijo a vosotros con algo que me resulta nuevo. Supongo que no es esto lo que buscabais en este blog, aunque me temo que es lo que vas a encontrar si continúas estas líneas.

Durante unos instantes, sin venir a cuento, me he planteado lo que significa un amigo. Un amigo es aquella persona que te deja una marca en algún lugar indeterminado. Y me he planteado el hecho de lo triste que me parecía que a los amigos se les reconocieran sus virtudes delante de sus familias, habiéndole dado el pésame, y no durante vida y disfrute de las partes constituyentes de la amistad.

Por ello, me he decidido a cambiarlo, con aquello que yo pueda hacer, y por esto, queda inaugurada la sección  de "A mis amigos...", donde espero mencionar, recordar antes de tiempo y expresar mi gratitud a todas aquellas personas que en los últimos meses se han ido haciendo un hueco, algunos de manera involuntaria, en ese estante en el que guardo a mis más preciados amigos.

Tal vez, si tú sales mencionado, pienses que lo que tenemos no es amistad, o que no es únicamente eso, tal vez te preguntes si lo que acaso compartimos no es una cierta enemistad, tal vez no quieras aparecer (en cuyo caso, te ruego que me lo comuniques), tal vez pienses que nos conocemos muy poco, o que no te he sabido valorar. Espero que en cualquier caso sepas actuar en consecuencia.

Tal vez se me olvide mencionarte. Ojalá no te enfades.

Estas son algunas de las personas que probablemente aparezcan en siguientes publicaciones: Juan, Félix, María, Alejo, Jose Antonio, Fran, Rosa, Angie, Mirete, Omar... si apareces, te reconocerás. Si no, es posible que te encuentres entre los puntos suspensivos.

Esto no suena bien, aun así, quiero ponerlo: Si murieras, lo expuesto en tu respectiva publicación estaría muy cerca de lo que en el momento de escribirlo pienso de ti. Hasta entonces, disfrutemos lo que podamos.



A mi amigo, Javi...

Bueno, historiador. Aquí me toca hablar de ti. Eres una personar increíble. Así, tal cual te lo digo, lo pienso. El mero hecho de tu exquisita educación dice de ti tanto cómo tu capacidad de decir algo agradable en el momento oportuno.
Eres un tío dulce. Muy, muy dulce, sin llegar a lo excesivo. Y juega a tu favor. No lo pierdas.
Me caes muy bien, supongo que es algo habitual en cualquier persona de tu entorno. Sí, me ha faltado un STOP para que esto parezca un telegrama.

El día que os conocí a tu hermano y a ti, dudé acerca de que tipo de persona, amigo, seríais. Por un lado, tenía la sensación de que podía confiar en vosotros, por otro, recelo, por lo que me pareció una simpatía no muy habitual para gente de hoy. Me alegro de haber comprobado con el tiempo de que no solo se puede confiar en vosotros, sino que se puede entablar conversaciones abiertas, de que sois personas maravillosas, y de que haberos conocido es una de las mayores fortunas que me ha tocado en el ámbito social, en cuanto a amistades (En alguna ocasión se me escapará una lágrima por vosotros, estoy seguro).

Supongo que a ti Javi, en concreto, me ha acercado mucho la escritura, el gusto por la música relajada (De ahí que The Ressistence sea una parada obligatoria para mi los días en los que me lo puedo permitir), y la conversación de Almagro de más de dos horas durante el paseo por la ciudad y el tiempo sentados en banco, y la vuelta a la residencia (e incluso allí continuó la conversación... ahora pensar en una conversación así es harto dificultoso por el tiempo).
Gracias por haberme enseñado (sin saberlo) TSO Photography. Por esto mismo es esta canción la que acompaña tú entrada.

Tu alegría día tras día es un misterio que espero resolver algún día, así cómo otro no mencionable si no es en un cara a cara.

Y todo esto es una muestra del increíble y mal expresado aprecio que siento hacia ti, que se queda muy corta. Amigo mío, un placer haberte conocido, y un deseo que sigas apareciendo en el carrete fotográfico que un día será el álbum que dicen, veré pasar ante mis ojos al menos, una vez.

Mantén esa sonrisa, es una gran ventaja.

neonenHD

viernes, 11 de noviembre de 2011

(Beso...)


Cómo costa de marfil,
pónese en poniente,
sol antes naciente,
aparezcan lunas mil.

Arena pisada gris,
huellas de su gente,
torso sugerente,
un libre vis a vis.

sábado, 5 de noviembre de 2011

La estación...

Para acompañar:



La estación...

Era una tarde de otoño. En la estación, el reloj marcaba las 7:15.
El bullicio de la gente animaba un poco esa tarde de Octubre, gente pasando, gente llegando y gente alejándose. Un par de amigos que volvían de un día de ocio, una pareja de ancianitos que despedían con lagrimas en los ojos a su hijo, que tenía que marcharse, una familia que pensaba pasar un fin de semana en Madrid... Y en el centro estaban ellos.
En el horizonte, el sol desaparecía tras un manto de nubes, dejando un rastro de ocres, dando paso a una noche fría, de oscuros azules, acompañados del brillo de farolas viejas en un callejón oscuro, donde el amor tomaba otro nombre.

En la estación, la gente pasaba a su alrededor, agitada, prisas, sentada, calma. Ellos lo sabían. Sabían que el momento llegaba, el día tocaba a su fin, y tendrían que despedirse. Estaban abrazados. Él con sus brazos alrededor de su cintura, ella le abrazaba con su mirada, cautivadora. Cuando ella le miraba así, no necesitaba de brazos, cadenas o muros para saber que lo tenía atrapado, pues él era incapaz de resistir aquella mirada, acaramelada.

Sonó un tren partiendo. Aviso de megafonía. Era su tren. Debía irse. "Un poco" - pidió él - "una vida más" - se decía ella. Ambos seguían abrazados, con los brazos de ella alrededor de su cuello.

Él se inclinó, un poco, y la besó. Fue un beso dulce, una despedida, un "tequiero-losé,yotambién-notevayas-noquieroirme-debeshacerlo,nohayelección". Fue eso y más, un mensaje cifrado, el fin de un día efímero, para ambos interminable a la vez que inexistente.

Nadie lo vió, y dicen que si nadie ve algo, deja de existir, cómo el árbol que cae solo y no hace ruido. Sin embargo, ambos lo sabían, ese beso, despedida, llanto sin lágrimas existía.

Debían separase. El tren, puerta abiertas, invitaba a subirse, pues se marcharía, y ella con él en su interior.
El abrazo se redujo a manos entrelazadas, y las manos en las puntas de los dedos tocándose, sintiéndose, hasta que se separaron tanto que no llegaban la una a la otra. Ella ya estaba dentro, y su rostro decía lo que quería que él supiera. "Te veré pronto" - susurró ella - "Antes de lo que crees" - mintió él.

Las puertas se cerraron, y ella se quedó en el interior, de pie, mirando la puerta, cómo si le viera a través de ella, mientras él al otro lado inclinó la cabeza, suspiró y miró fijamente un punto indefinido en la blancura de la puerta del vagón.

El tren comenzó a moverse. "Te veré pronto" - susurró de nuevo en el interior del vagón. Y mientras, en la estación, el bullicio ensordeció los sentimientos de él.


viernes, 4 de noviembre de 2011

Ojos violeta...

¿Has visto eso? - ¿El que? - Eso... la luz...- Sí. Veo una luz. Veo una luz, en tus ojos. ¿Que es ese brillo? - No lo sé... cuéntame algo más de esa luz. - Es una luz preciosa. Es una estrella, encerrada dentro de una nebulosa, en los más profundo de esos ojos preciosos, color negro, con destellos de ¿violeta?... ojos con el reflejo del color de vino... embriagadores.

Eso es lo menos romántico que podías decir - ¡eh!, he dicho embriagadores, ¿acaso no es eso romántico? - ojos color vino... - ojos con destellos violeta - ¿ojos morados? - bah, déjalo, cuando no quieres ser romántica, no quieres.



Inspiración poética, en el caso de que existas, un día tú y yo vamos a tener una charla muy seria... me has jodido el momento.



Aviso a lectores - si Ms. Inspiración Poética y yo llegamos a un acuerdo, espero terminar lo aquí comenzado. Para la espera, algo más arriba tenéis una canción.