sábado, 8 de octubre de 2011

Ninfa...

Puedes acompañar el relato con algo de sonido


Ninfa...

Te encontré buscándote bajo los arboles.
Corrías, ninfa descalza.
No pisabas, tus delicados pies no llegaban a posarse sobre el suelo, al rozar con las briznas de hierba verde, te elevabas sobre mí, mortal, que a nada de admirar tu belleza me sabía a poco el mundo.

Dejaba caer el peso de la armadura, muerta y fría, sobre el tenue resplandor de los reflejos en el rocío del sol naciente, al tiempo que tu delicada, etérea figura, danzaba entre pilares de madera, y el olor a tierra mojada se filtraba entre cada suspiro. Y a cada suspiro, una nube de vaho abandonaba mis labios, añorando unirse a la plenitud del puro aire, veloz, que corría rodeando troncos y saltando rocas.

Quería llamarte, aunque no conocía tu nombre. Oía tu risa, perseguía su sonido mientra este huía, atemorizado ante la idea de quedar atrapado entre los resquicios de un árbol o las grietas de una roca húmeda.
Las sombras se combinaban en un ritual sagrado con las luces del alba, intencionadamente, para dejarme entrever tu figura mientras danzabas, y saltabas y girabas, escondiéndote tras un tronco grueso, o saltando de nuevo intentando atrapar de nuevo un halo de luz.

Ya con solo un camisón de lana gruesa, blanco y sucio, y mis sandalias de cuero marrón, robustas cómo ningunas otras, trato de alcanzarte, con pasos torpes, apoyándome en cualquier tronco, perdido totalmente el equilibrio.

Te alejas, continuando tu danza eterna, y mientras yo me quedo atrás, pues el peso de mi mortalidad es demasiado para seguir tus pasos. Alzo la mano, en un vano intento de acariciarte la piel, aun siendo ya muchos los arboles que nos separan.

De nuevo, ya lejos, donde casi no puedo ver tu figura, te ríes, y yo, apoyado de espaldas contra madera húmeda, dejo el cuerpo caer por su peso, quedando sentado en el suelo, imaginando por última vez tu sonrisa.

Ahora toca partir hacia los Elíseos, y marcho triste, pues se que allí, en el paraíso, será donde no te pueda ver mas.


2 comentarios:

  1. Una escena que me ha encantado, he podido imaginarla totalmente.
    Seguro que hasta ocurría a cámara lenta...

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  2. Qué imagen tan bonita la que describes.
    Me ha ocurrido igual que a Javi.

    PD: siento no comentar más, de verdad que me gustaría hacerlo, pero sólo puedo con el pc de mi hermano y eso pasa una vez cada mucho tiempo!

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