lunes, 26 de septiembre de 2011

¿En serio es así?

Un día cualquiera... te levantas, desayunas, te vistes, te miras al espejo, te miras los pies, porque no llegas a vértelos en el espejo, vuelves a mirarte al espejo. Haces tus necesidades. Te lavas los dientes. ¿En serio, en ese orden?. Te vistes. Haces ademán de mirar por la ventana. No miras mas de 0.1 segundos. Y la mitad estabas parpadeando. Sales a la calle. Vives un día de lo mas normal. Tal vez algo mas feliz, tal vez algo mas triste, de lo normal. Vuelves a casa. Enciendes el ordenador. Miras todas las redes sociales en las que tienes cuenta. Pones música también. Abres blogger. Piensas... ¿Y porque quedarán mejor las entradas sobre amor y tristeza y esas cosas, cuando son las mas comunes... y sin embargo, me gustan mas aquellas que son originales?... Sin embargo, no crees haber escrito nada del otro mundo. Hablas con algún conocido. Cenas. Hablas más. Y miras el reloj. Ya se ha pasado un rato desde esa hora en la que tenías previsto irte a dormir.

¿En serio es así?... Vaya...

jueves, 22 de septiembre de 2011

Fugaz...

Vamos...



Fugaz...

Existe un momento, un segundo, en la vida de toda persona, en el que es un todo o nada, en el que la decisión que toma, que tomes, decidirá sobre su futuro.

Y después esto ocurre de nuevo, y otra vez, y otra. Y entonces te das cuenta de que la vida se compone de todos esos instantes, no en la decisión, en la toma de decisiones.

martes, 20 de septiembre de 2011

Gris, oh, gris... (Capítulo 1)

Recomendación para acompañar la lectura



Capítulo 1

 Un paseo, tranquilo... la época de la Londres victoriana nos acoge con sumo gusto.
Es un encanto caminar entre el olor a putrefacción de las grises calles de la ciudad, escuchando todos y cada uno de los molestos sonidos que golpean nuestros oídos, observando a las gentes demacradas que pasean a nuestro alrededor.

La ciudad, tan esquiva cómo acogedora, nos muestra de brazos abiertos con un abrazo su arsenal de armas ocultas bajo su manto de hollín.

Calesas de caballos surgen tras las esquinas, para desaparecer tras alguna avenida, acompañado de los fieros golpes de los caballos que las arrastran contra el suelo. Negras. Colores grises, en todos lados. Pobreza.

Nos dirigimos a la avenida Wallander & Alice, concretamente a un pequeño comercio, una tienda de tabaco, para fumar en pipa, "The Golden Pipe". Es propiedad de un modesto artesano, Nathaniel Wildway, cuya principal fuente de ingresos es la fabricación de pipas de fumar. Tal vez compre algo de tabaco hoy, las provisiones en casa se quedan escasas.

Llegamos. Un local pequeño, la fachada sucia, y cómo no, color grisáceo, hace las presentaciones.
Al entrar suena una campanilla, que roza con la puerta. Tiene varias partes completamente negras. No parece suciedad.
Aparece por la puerta el señor Nathaniel Wildway. Un saludo cordial. Bajito, pelo castaño, cercano al pelirrojo, con un grueso bigote, viste un mandil negro, impropio de su profesión, sobre un jersey que debió de ser blanco antes de que la suciedad lo volviera... gris. Parece nervioso. Respiración agitada, coloración de la piel más roja de lo habitual... signos de que sus pulsaciones ahora mismo son aceleradas.

A gran velocidad atravesamos el local, estrecho, para acabar en la puerta de atrás, pasando a un callejón, aun mas sucio que la calle. Y aquí se encuentra nuestro sujeto. Varón, aproximadamente 50 años...

Creo que ya lo tengo. Ya lo tengo. Aproximadamente 4 horas y ya lo tengo. He de salir.

Holmes

...

Me temo que el Mr. Holmes ha dejado precipitadamente la escritura a medio, saliendo de la casa. Con su permiso, yo, el Dr John H. Watson, me dispongo a continuar con el relato de lo sucedido esta mañana, cosa de las 10 de la mañana, si no me engaña la memoria, en el "The Golden Pipe", siendo ahora las 14 horas y 16 minutos, según mi reloj de bolsillo.

Pues bien, estábamos dentro del local, junto al señor Nathaniel Wildway, cuando nos condujo al callejón al que daba la parte trasera del mencionado local. Y allí, apoyado contra la pared del local, un varón, de a mi parecer, 60 años, sucio, y sin pulso alguno. Sentado en el suelo, tenía los puños completamente cerrados, y en el derecho, fuertemente, tenía agarrado un fragmento de papel escrito a mano que decía así:

"Con un color igualitario así al frente, ¿que elección podrá acaso haber?"





Espero, en unos días, poder continuas este relato.

martes, 13 de septiembre de 2011

¿Que sientes?

Recomendación para acompañar la lectura.




 Instrucciones de uso:

Leer, al comienzo lentamente, buscando adecuarse al ritmo de la música. Disfrutar cada palabra, tratar de imaginar las sensaciones descritas.

Se recomienda comenzar la lectura estando sosegado, tranquilo, descansado.


¿Que sientes?

Comenzar a andar... un paso... otro paso... uno mas... otro mas... caminar... la arena, húmeda, se hunde, bajo la pisadas, tomando la forma de tu huella, acariciándote entre los dedos.

El mar se desliza suavemente sobre la playa, en alguna ocasión besa la piel de tus pies, avanza, la busca desesperadamente, y al encontrarla, la roza, con suavidad, para volver sobre sus pasos, de nuevo a la inmensidad.

Continuas tu camino... el viento rodea tu figura al pasar, emocionando tu vello, transmitiéndote unas leves cosquillas... la piel desnuda de tu cuerpo se opone a dejar pasar el viento, mientras que él hace todo lo posible por evitar chocar contigo.

De lejos, observas su figura... te espera, junto a un montículo de piedras, donde acaba la playa... está sentado, lleva puestas unas gafas de sol tipo aviador, observa la linea que separa el mar del cielo mientras, apoyando su cabeza contra sus brazos, y estos contra sus rodillas, espera, sobre las rocas, a que tú le alcances.

Las nubes, que se mueven a cámara rápida, se reflejan en los cristales de sus gafas de sol, e impiden que le veas los ojos. Aun así, tú sabes cómo son, que observan, que esperan... conoces todas las pequeñas arrugas que acompañan y rodean a éstos ojos... estás deseando poder volver a mirarlos.

Mientras el sol se pone, te ves a ti misma, avanzando hacia él... ya sabes que vas a hacer cuando llegues a su posición. Le abrazarás. Caerás en el tópico, y desde su espalda, tus brazos se deslizaran hacia sus hombros, esperando encontrar su pecho, sus brazos, su rostro. Entonces le ladearás la cabeza, ligeramente, lo suficiente cómo para poder besarle.

Le quitarás delicadamente las gafas de sol, y sobre estas incómodas rocas intentareis sin éxito hacer aquello que mas tarde, esta vez cómodamente en su apartamento, sí conseguiréis.

Y ahora.... ¿Que sientes?

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Sonó su voz...

Recomendación para acompañar la lectura



Sonó su voz...

Cada palpitación simulaba un ataque contra las costillas... cada latido, un empuje, una fuerza irrefrenable que parecía querer salir del pecho, para poder gritar, de dolor, de profundo y severo dolor, de agonía.

Aun así, seguía avanzando por aquella calle, a pocos minutos de que el sol comenzara a desaparecer a lo lejos, tras la línea de casas y construcciones al final de la ciudad.

Había quedado con ella, y aunque solo fuera por cortesía, debía asistir a la cita, obligado por las circunstancias, que él mismo, en un arrebato de valentía, algo de locura, y un poco de alcohol, se había procurado dos noches atrás.
No había sido capaz esa noche de desoír los gritos y empujes de amigos, con toda probabilidad más borrachos que él, cuando sacó el teléfono de su bolsillo, buscó en la agenda su número, le llamó, y entre risas de fondo y gritos de - "Yo también te quiero"- proferidos por esos mismos amigos que le animaban a llamar,  le dijo - "Hola, perdona que te levante a éstas horas... es que quería hablar contigo..."- se oyó la risa de más de un borracho que trataba de entender la conversación -"No pasa nada, dime"- contestó ella, que acababa de levantarse, tras las primeras dos horas de sueño -"Nada, nada, quería saber... ¿quieres que quedemos un día de estos?..." - "Claro, claro... ¿quieres tú?"- respondió ella, inconsciente de que él le llamaba más empujado por el alcohol que por amor -"Por supuesto... ¿quedamos... mañana?... ¡No, espera, mañana no!" - "¿Pasado mañana, entonces?" - "Sí, sí, pasado mañana, en el StarBucks de tu calle..." - "Vaaale... en el StarBucks, pasado mañana... adios, besitos, buenas noches..." - "Eso, eso, hasta luego" - Click... piii... piii...

Tras algunas felicitaciones, la mayoría con más de cachondeo, para el regocijo de los presentes, que de sinceridad, él se dio cuenta de lo que había hecho... llamarla, a ella, tras tanto tiempo sin ni siquiera atreverse a mirarla a los ojos... aunque también hay que decir que hasta la mañana siguiente, cuando despertó con un ligero  dolor de cabeza, no fue capaz de ver la situación en toda su magnitud.

Y bien, ahora, a pocos metros del StarBucks, recordaba todas y cada una de las acciones que había ideado, con todas y cada una de sus coherente reacciones, y cómo lo había planeado todo para que todo fuera perfecto, para que no hubiese queja alguna.
Había pensado en todo lo que debía hacer para hacerle sentir a ella bien, segura, atendida, tratando de mostrarse siempre tal y cómo a ella mejor le pareciera... aunque sabía que esto no siempre podría ser así, en algún momento la contrariaría, tendrían puntos de vista diferentes acerca de cualquier cosa, por banal que fuese...

Todo, absolutamente todo estaba planeado... excepto aquello... llegó al StarBucks, miró al interior... y nada... no estaba... tanto esfuerzo planeando en cómo hacerle sentir bien a ella, y ni por un momento se planteó cómo se podría sentir él en cada situación... y más en aquella, tan desesperanzadora... ella no estaba... no había acudido a la cita...




Mientras se planteaba todo ésto, notó un pequeño golpe en el hombro y sonó su voz, femenina, sensual, alegre, entusiasta -"¿Entramos?"-.

martes, 6 de septiembre de 2011

It´s just me...

¿Si? ¿Quién es? - Solo soy yo... solo yo... nada más... soy un susurro, una brisa que acompaña tu delicadeza, que te observa de lejos, desde esa repisa, desde la que nos reíamos de lo mal que estaba la gente, o desde la esquina, donde tomamos ese café, aquel domingo de verano, o desde las propias nubes... soy sólo yo, un lamento continuo, por la distancia que nos separa, o por la necesidad que nos une.

¿Sí? ¿Quién es? - Soy yo - Ah, vale, pasa. - Vale, paso...


Te felicito si lo has entendido.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Al final del pasillo...

Recomendación para acompañar la lectura



Agradecimientos a Javi porque a sido a través de su blog el descubrimiento de ésta composición de James Newton Howard (o redescubirmiento)


Al final del pasillo...

Paseo por las habitaciones, miro dentro de cada una de ellas, esperando encontrar algo nuevo... no hay nada fuera de lo habitual... algún mueble color castaño oscuro, a juego con el parqué del suelo, cubierto de una espesa capa de polvo, que el paso del tiempo, los años, uno a uno, ha ido dejando caer lentamente, volviendo la habitación más... ¿oscura? ¿sombría? ¿tal vez simplemente... mas vieja?

Recorro el pasillo central, cada habitación es idéntica a la anterior... sin detalles que la identifiquen, únicamente se diferencian por la desigual distribución de los objetos que la ocupan.

Me acerco al final del pasillo... una ventana, alta y estrecha, me espera, mientras deja pasar la luz cobre para iluminar lo que antes fue un suelo pulcro y brillante. Sabe que me acercaré, cómo todas las mañanas, mi mirada atravesará sus polvorientos cristales, y me quedaré mirando fijamente el columpio, oxidado y viejo, que se mece suavemente por el empuje del viento de otoño, que al fin, traerá de nuevo hojas secas a este jardín, cómo todos los años, para decorar la soledad que habita entre sus esquinas.


Unos detalles...

Con esta entrada queda inaugurada una nueva etapa para Completamente Típico... ante la duda de si cerrar el blog, dejarlo extinguirse con el paso del tiempo, e iniciar otros proyectos, o bien comenzar algo nuevo, dentro de éste mismo y pequeño espacio que se ha ido creando, basado en ideas y sentimientos personales, me he decantado por la última opción.
Me alegro de que los lectores, pocos, y fieles, hayan tenido la paciencia para leer las entradas expuestas durante los últimos meses, y espero que continúen acompañando cada una de éstas creaciones con sus pensamientos acerca de los mismos, que muchas veces son decisivos para la creación de nuevos.
Gracias.